RUPERTO CHAPÍ: los 4 cuartetos de cuerda

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1863. Un año importante para la música de cámara española. Se fundaba la Sociedad de Cuartetos, impulsada por varios músicos, a la cabeza Jesús de Monasterio. Durante los 31 años que duró dio a conocer la música de los grandes autores, como Beethoven, en España. También de contemporáneos como Brahms. Y fue cantera inagotable, hervidero musical de primera línea, espoleador permanente de compositores y público, imán de sociedades parecidas que iban apareciendo por todo el país. De hecho, la tradición de conciertos de música de cámara en España arranca de instituciones como esta y otras parecidas, así como la sinfónica arranca de la Sociedad de Conciertos. De esta manera pudo el italianizante, casticista e inculto público español ir tomando contacto con los grandes maestros; gracias a la labor de tantos «zarzueleros», (dicho en desacuerdo con la peyorativa intención con que los despachan muchos melómanos «cultos» embebidos en la tradición germano-francesa), se sentaron las bases de un conocimiento universal de la música occidental por estos pagos. Mencionemos algunos nombres: Bretón, Chapí, Monasterio, Tragó, Guelbenzu, Marqués…

Poco a poco, los compositores españoles iban aportando sus obras al repertorio de cuarteto de cuerda. El siglo XIX no dejó muchas, pero ya en la década anterior a la Primera Guerra Mundial aparecen al menos 30 composiciones. Los hay que beben en la gran tradición extranjera, (Bretón, Manrique de Lara…); los de lenguaje internacional renovado, (Conrado del Campo, Isasi…); y los de postulados nacionalistas con vínculos folklóricos, (aquí estarían los de Don Ruperto Chapí)

Don Ruperto Chapí, músico genial no apto para gafapastas mahlerianos

Don Ruperto Chapí, músico genial no apto para gafapastas mahlerianos

El Cuarteto nº 1 de Chapí fue estrenado por el Cuarteto Francés, (una de las más grandes formaciones españolas una vez se disolvió la Sociedad de Cuartetos.

 C. del Campo, J. Francés, L. Villa y O. González

Cuarteto Francés: C. del Campo, J. Francés, L. Villa y O. González

La recepción del público parece que fue entusiasta, y eso que Chapí, consagrado autor teatral, no pasaba por su mejor momento en la ópera y zarzuela. El oyente reconocerá habaneras, zapateados, zortzicos y jotas aliadas con las formas clásicas.

El Cuarteto nº 2 es aún más nacionalista en su esencia, y fue escrito para el Cuarteto Checo de Josef Suk. Continúa en la línea alhambrista y de nocturnos andaluces de la que ya hemos hablado en otra parte del blog. Bastante distinto es el nº 3, más recio y franckiano. Y de simples y hermosas armonías el nº 4. A disfrutarlos.

Dedicado a Ruivaldivia, que se interesó por el tema.

 

 

 

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