Compositoras catalanas: generación noucentista
agosto 8, 2015 Deja un comentario
Aunque el libretillo mencione a Xenius, (D´Ors), el gran teórico noucentista, y a algún poeta adscrito, como Carner, a mí todavía no me queda muy claro por qué una canción, (me refiero a su lenguaje musical), es «noucentista». Sea como fuere, hay en la musicalización de estos textos una sofisticación mayor y un más complejo tratamiento prosódico que en las canciones «modernistas», algunas de las cuales ya fueron grabadas por la misma soprano y comentadas en este blog.
Solo mujeres, de nuevo. Mujeres que se tragó la tierra, que nunca es leve vista desde este lado: una, Llüisa Casagemas,
Otra, Onia Farga, , gran intérprete de piano y violín, (se dice pronto),que fue reconocida fuera de nuestro país, en la Sala Pleyel parisina, y de la que se ofrecen dos canciones de ese pintoresquismo andaluz tan caro a tantos músicos españoles de primeros años del siglo XX.
Tenemos también a la más conocida, (siquiera sea `porque su nombre suena como la primera intérprete de Iberia), Blanca Selva. Esta era, sin duda, esa intérprete a la que Albéniz se refería cuando compuso una obra difícil que no puedieran tocar las señoritas de salón, (de salón burgués, se entiende).
De la portorriqueña María Infiesta, que luego estudió con Granados, una vieja entrada en un foro. (Clasiforo) habla de un disco dedicado a ella que no he podido localizar. Incluso parece que se hace mención a ella como una Alma Mahler hispanoablante. Qué más da, ¡¡como si alguien supiera, ya, quién es Alma Mahler!!!
Paquita Madriguera fue otra extraordinaria intérprete de piano, de vida viajera, y en algún momento de su vida fue esposa de Andrés Segovia, el guitarrista. Hay por ahí un concierto de Castelnuovo-Tedesco dedicado a ambos instrumentistas.
En fin, aunque estoy cansado de buscar fotos, no podemos ser descorteses con Margarida Orfila y Montserrat Campmany. De la primera sacamos una impresión de sencillez en canciones con textos de Apel-les Mestres; Campmany se nos antoja algo más arriesgada y experimental. Ya le vale, muriendo, como murió, en 1995.
Uno de esos discos que se saca la Garrigosa de vez en cuando con músicas imposibles de escuchar. Lo que contribuye un poquitín a que algunos indaguemos en nuestro patrimonio artístico. Os invito a hacer lo mismo. Este disco está en Spotify y su libretillo se puede encontrar, creo que legalmente, por internet; así que esta vez no me siento como un delincuente.